El último sobreviviente del Titanic, Millvina Dean, falleció el 31 de mayo de 2009. Nacida el 2 de febrero de 1912 en Devon, Inglaterra, Millvina fue la pasajera más joven a bordo del Titanic, con tan solo 2 meses de edad cuando el barco se hundió en abril de 1912.
Después del trágico evento, Millvina y su madre fueron rescatadas en el bote salvavidas número 10. Su padre, sin embargo, no sobrevivió al naufragio. La familia Dean regresó a Inglaterra y Millvina creció sin tener apenas recuerdos del desastre.
Fue solo años más tarde, cuando Millvina era adulta, que comenzó a darse cuenta de la importancia histórica de su experiencia en el Titanic. A medida que el interés público en el naufragio crecía, Millvina se convirtió en una figura reconocida y fue invitada a numerosos eventos relacionados con el Titanic.
A pesar de su fama como sobreviviente del Titanic, Millvina llevó una vida tranquila y modesta. Trabajó como secretaria y se casó en dos ocasiones, pero no tuvo hijos. A medida que envejecía, sus gastos médicos aumentaron y se encontró con dificultades financieras.
En 1997, se realizó una subasta de objetos del Titanic y Millvina vendió algunos de sus recuerdos para hacer frente a sus deudas. Esto la convirtió en la última sobreviviente del Titanic en recibir una compensación financiera relacionada con el naufragio.
Millvina Dean falleció a la edad de 97 años en un asilo de Hampshire, Inglaterra. Su muerte marcó el fin de una era, ya que ella era la última persona viva que había estado presente en el trágico evento del Titanic.
El legado de Millvina Dean y los otros pasajeros del Titanic continúa vivo a través de las historias y la fascinación que rodea al famoso naufragio. El hundimiento del Titanic sigue siendo uno de los eventos más trágicos y emblemáticos de la historia, y la memoria de aquellos que perdieron la vida en ese fatídico día no será olvidada.