Nuestro miedo más profundo es el de ser poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, lo que nos asusta. Nos preguntamos: ¿Quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso? Más bien, la pregunta es: ¿Quién eres tú para no serlo?
Este miedo profundo de ser poderosos y brillantes puede parecer contradictorio a primera vista. Después de todo, ¿no deberíamos buscar siempre ser lo mejor que podemos ser? Sin embargo, la realidad es que muchas veces nos encontramos limitándonos a nosotros mismos por miedo a destacar, a sobresalir y a enfrentar las expectativas y críticas de los demás.
Este miedo puede tener muchas raíces. A menudo, está arraigado en la falta de confianza en uno mismo y en la creencia de que no somos lo suficientemente buenos o merecedores del éxito y la felicidad. También puede estar relacionado con el miedo al rechazo y a la crítica de los demás, así como al temor de enfrentar la responsabilidad y las expectativas que vienen con el éxito.
Nos acostumbramos a jugar pequeño, a conformarnos con lo que se espera de nosotros y a no atrevernos a ir más allá de las normas establecidas. Nos preocupamos más por encajar y por no destacar que por explorar nuestro potencial y vivir una vida plena y auténtica.
Sin embargo, al hacer esto, nos estamos negando a nosotros mismos y al mundo la oportunidad de experimentar nuestra verdadera grandeza. Todos tenemos talentos y habilidades únicas que pueden marcar una diferencia en el mundo, pero si nos dejamos llevar por el miedo y nos conformamos con menos, estamos perdiendo la oportunidad de brillar y de hacer una contribución significativa.
Es importante recordar que no hay nada egoísta o presumido en ser lo mejor que podemos ser. Al contrario, al abrazar nuestra luz y permitirnos brillar, estamos inspirando y dando permiso a otros para que hagan lo mismo. No sirve de nada jugar pequeño y esconder nuestro potencial. El mundo necesita nuestra luz y nuestras habilidades para evolucionar y crecer.
Así que la próxima vez que sientas miedo de ser poderoso y brillante, recuerda que es tu deber y responsabilidad compartir tus dones con el mundo. No te dejes limitar por tus propios miedos o por las expectativas de los demás. Tú mereces ser feliz y exitoso, y el mundo te necesita tal como eres.
No te preocupes por lo que los demás puedan pensar o decir. Confía en ti mismo y en tu capacidad para enfrentar cualquier desafío que se presente. Recuerda que eres único y valioso, y que tienes el poder de crear la vida que deseas.
Así que, ¿quién eres tú para no ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso? Eres alguien que merece lo mejor y que tiene el potencial de lograr grandes cosas. No dejes que el miedo te detenga. Abraza tu luz y deja que brille con todo su esplendor.